Hoy me siento un poco nostálgico, puede ser porque esté apunto de llegar un evento que hará cambiar el mundo para siempre. O tal vez porque mañana sea mi cumpleaños, que sé yo. Lo que sé es que hoy he estado ojeando escritos mios antiguos y he encontrado uno que me gustaba mucho antes, ahora con el paso del tiempo ya no me gusta tanto. Fue de lo primero que escribí, no soy una persona constante así que no llego a escribir grandes relatos. Como ya dije el primer día creo recordar que tengo 2 libros empezados, quizás ahora que he iniciado esto del blog, cuelgue el último por capítulos y así me obligue a acabarlo, hum idea para grabar.
Pues aquí os pongo el escrito citado, muchos lo habéis leído, quizás todos, pero ME DA IGUAL, jajaja.
- ¡Adiós!
Entre lágrimas la abrazó y susurrando a su oído repitió:
- ¡Adiós!
El abrazó se perdió en el tiempo, él no sabría decir si duro mucho o poco, si fueron segundos o minutos, o tal vez horas, el moría poco a poco, en cada segundo abrazado a ella su vida se apagaba.
Al separarse ya no le quedaban lágrimas en su interior, todas se hallaban en la blusa azul y en el lamento del viento. La miró a los ojos como quien mira la luz antes de iniciar un camino en las tinieblas. Esa luz, la luz de sus ojos, se quedaría grabada en su memoria, imperecedera, como su amor, aunque ella nunca lo llegaría a saber.
Sin más palabras la soltó arrepentido, como quien suelta su bien más preciado, y emprendió el viaje más difícil de su vida, el viaje que los separaba a los dos en sendas opuestas. Su cuerpo se resistía a dejarla atrás: los pies le pesaban, sus piernas entumecidas por el clima y el dolor se resistían a obedecerle, su corazón… su corazón hacía tiempo q se había parado, ya no estaba completo.
No se giró. Con los ojos en los pequeños charcos de la calzada prosiguió su caminar hasta que su pesar lo dominó. Apretó los puños con las últimas fuerzas que le quedaban y aguantó sin girarse. No se giró.
Con los puños apretados, los ojos empañados y el corazón paralizado se alejó de ella con una frase en los labios:
-¡Te amo!
P.D. La foto me parece perfecta. Quizá incluso a un reflejo de nuestro futuro. Como un mono futurista (deduzco yo quizás sea solo astronauta) tiene para comer una barrita de banana y añora una banana de verdad. Por eso los tomates ya no saben a tomates.
